
Providencia y Santa Catalina
Estar en Providencia es darse la oportunidad de bajar el ritmo al andar, dejar fluir los pensamientos, sentir la brisa, el mar y la sensualidad.
Sus 17 km2 de extensión tienen una vegetación exuberante y poco intervenida, igual pasa en Santa Catalina, una pequeña isla de 1 km2 a solo 100 metros de Providencia. Están unidas por el puente flotante de Los Enamorados, construido sobre un canal creado en tiempos de la colonia española para proteger las islas.
La belleza de estas islas es impresionante. Tienen origen volcánico y costa coralina. Hay una cantidad de atractivos naturales entre los que se encuentran el mar y los bosques de manglar, se respira aire puro, hay senderos ecológicos, la mayoría de las construcciones son tradicionales, la gente - en su mayoría raizal - es amable, las playas son tranquilas y rodeadas de vegetación, además, aún se ven las ruinas de fortificaciones hechas para la defensa de las islas en el siglo XVII.
En Santa Catalina, en donde según la leyenda el pirata Henry Morgan dejó enterrados parte de sus tesoros, no hay ninguna clase de vehículo automotor y sus tierras están dedicadas a la ganadería y al cultivo de frutales y palmas de coco.
La temperatura promedio es de 25°C, la economía se basa en el turismo y la pesca. Las islas tienen agua potable, servicio de energía eficiente, servicio telefónico e Internet. Prepárese para disfrutar de caminatas, degustar comida con sabor caribeño, pasar largo tiempo en la playa o en la contemplación, nadar, hacer snorkeling, bucear o practicar algún deporte náutico sin ninguna prisa.
Cómo llegar
A Providencia se llega desde San Andrés en avioneta en 20 minutos de vuelo y por vía marítima en el catamarán Splendor en tres horas de navegación.
Hospedaje
Los hoteles, cabañas, hostales y posadas nativas son pequeños y casi todos conservan una arquitectura tipo cabañas con vista al mar que brinda un ambiente tranquilo y de comunión con la naturaleza. Algunos cuentan con servicio Internet. Las posadas nativas para un turismo informal, dan la ventaja de convivir con una familia providenciana y acercarse a las costumbres de los nativos.

A esta bahía llegan afluentes de agua dulce provenientes de las partes más altas de la isla. Su pequeña playas está rodeadas de vegetación y la arena es de origen volcánico, fina y gris. Aquí se concentra la mayoría de servicios turísticos: restaurantes, bares, tiendas de artesanía, buceo, alquileres de vehículos, tours por vía terrestre y marítima.

Es la playa más extensa de la isla en donde la arena es coralina. Invita a la contemplación, a tomar el sol y a refrescarse en el calmado mar. En sus alrededores hay restaurantes, hoteles, servicios de buceo y actividad de pescadores artesanales. Los sábados tienen lugar las tradicionales carreras de caballos.

Es un bello mirador de madera desde donde se observa la caída del sol en el horizonte marino. Tiene una extensión de 300 m y conecta al centro de Providencia con Free Town.

En esta bahía abundan árboles de manzanillo que desprenden un olor dulce y proveen de sombra. Es de origen coralino y allí se disfruta comida típica y música tradicional en vivo en algunos bares.